AENA encabeza la mafia (un claro ejemplo de persecución sindical)
La empresa ENAIRE es el resultado de la privatización de la anterior AENA, y se dedica a la gestión del transporte aereo y los aeropuertos civiles del estado español. Para ello, y como consecuencia del mencionado proceso de privatización, se dota de algunas empresas externas para realizar ciertos servicios, como por ejemplo labores de mantenimiento en los aeropuertos. Estas empresas externas en ocasiones contratan a otras a su vez, generando una cadena en la que el primer eslabón es AENA, pero que suele contar con otro u otros dos de forma habitual. Son las llamadas contratas, en el caso del segundo eslabón, o subcontratas, si se trata del tercero. Para poder realizar servicios de AENA, estas contratas deben ganar un concurso público y atenerse a un pliego de condiciones establecido por la empresa matriz. De esta manera, AENA supuestamente asume la responsabilidad acerca del servicio y las condiciones laborales de los trabajadores que indirectamente trabajan para ella.
Sin embargo, la existencia de contratas y subcontratas acarrea habitualmente una precarización de los puestos de trabajo. En principio los trabajadores deberían estar directamente contratados por AENA, una empresa hasta hace poco pública, con unas condiciones laborales medianamente aceptables, resultantes de años de lucha sindical. En cambio son tratados como mano de obra barata por las contratas y subcontratas. Les hacen todo tipo de atropellos: contratos basura, modificación de convenio para reducir sus derechos, reducción de salario, traslados obligatorios e injustificables de centro de trabajo… Todo ello con el beneplácito de AENA, que al tener contratado el servicio con una empresa externa se desentiende de los problemas generados a los trabajadores de sus aeropuertos. Y todo por reducir gastos en mano de obra.
En el caso del Aeropuerto de Barcelona, AENA tenía contratada hasta hace poco a la empresa SIEMENS-TECOSA para realizar labores de mantenimiento. Esta a su vez, subcontrataba a otra empresa, que en nuestro caso comenzó siendo SEGUR 2000 y posteriormente se cambió a OUTSMART ASSISTANCE. En el cambio de subcontrata los trabajadores se dieron cuenta de que cobraban menos en las nóminas. Esto se debía a que la nueva subcontrata aplicaba un convenio diferente que rebajaba los derechos y los salarios, ante lo cual algunas personas comenzaron a movilizarse. Así, en el mes de febrero se denunció la modificación sustancial de las condiciones de trabajo, y se comenzó una serie de demandas que incluyeron denuncias en inspección de trabajo sobre irregularidades cometidas por parte de OUTSMART en relación a los derechos de sus trabajadores. Ante la situación de desamparo vivida por los trabajadores, uno de ellos, David, decide afiliarse durante ese tiempo al sindicato CNT-AIT, a través del cual se insistió en las demandas de los trabajadores.
Durante todo el 2013 David mantiene un pulso con OUTSMART y TECOSA-SIEMENS para conseguir que se respetasen los derechos de los trabajadores. Debido a esto, a principios de este año le notifican un traslado injustificado a 600 km de su domicilio, a Madrid, o la posibilidad de que se marche de la empresa con un despido objetivo. Claramente, la intención de todas las empresas implicadas, OUTSMART, TECOSA-SIEMENS y AENA era quitarse de encima a un trabajador que les resultaba incómodo porque luchaba por la dignidad en su trabajo. Este hecho se demostró durante los pocos días que nuestro compañero pasó en Madrid, en los que la empresa hizo varios ofrecimientos económicos a cambio de que se fuera de la empresa. Por supuesto, David no aceptó los chantajes, peleó contra ese traslado, y finalmente, tras muchas acciones de solidaridad, concentraciones y lucha, consiguió que le asignaran de nuevo su puesto de trabajo en el Aeropuerto de Barcelona. La empresa OUTSMART se comprometió a enviarle un cuadrante de horarios y asignarle trabajo en su puesto, pero una vez más incumplió su palabra. Su estrategia esta vez fue mantener al compañero en nómina pero no asignarle ningún trabajo, para de esta manera desarraigarle del resto de la plantilla y buscar el modo de deshacerse de él.
En este periodo David estuvo sin trabajar pero no estuvo quieto. Formalizó una sección sindical de la CNT-AIT en OUTSMART y siguió peleando porque se reconocieran los derechos de los trabajadores, así como solicitando que se le asignaran unos horarios para poder reincorporarse al centro de trabajo. La reacción de OUTSMART a la lucha de la CNT y de David fue despedirlo de nuevo en abril de este año. Se trató de un despido objetivo, alegando razones organizativas. El sindicato enseguida recurrió esa decisión, ya que era muy evidente que se trataba de un nuevo intento de reprimir la actividad sindical del compañero, y a todas luces el despido sería declarado nulo en el juzgado. Sin embargo, poco después de este hecho se produciría un giro en los acontecimientos en el que AENA tiene especial protagonismo.
La entrada de ELECNOR
En junio de este año, TECOSA-SIEMENS, empresa que estaba un escalón por encima de OUTSMART en la cadena de contratas, pierde el concurso público de las labores de mantenimiento del aeropuerto de Barcelona. El concurso lo gana otra empresa llamada ELECNOR, la cual presumiblemente habría de contratar a David y sus compañeros en las mismas condiciones que tenían. Se presuponía que se produciría esa subrogación de trabajadores de una empresa a otra, y en este sentido OUTSMART y TECOSA-SIEMENS rescinden los contratos facilitando una carta de subrogación a los trabajadores, para que estos sean contratados por la nueva empresa.
Sin embargo ELECNOR decidió no subrogar a los trabajadores. El motivo fue que la subrogación no está reconocida en el pliego de condiciones que impone AENA. Además, ELECNOR chantajeó a algunos de los trabajadores, ofreciéndoles la posibilidad de seguir trabajando siempre que renunciaran a ciertos derechos adquiridos, como por ejemplo la antigüedad. Los trabajadores que se quedaron fuera de este pacto decidieron denunciar a ELECNOR por incumplir la subrogación, amparándose en que ésta está reconocida como derecho por el Estatuto de los Trabajadores.
Ante esta nueva situación David decidió denunciar también el incumplimiento de la subrogación. De esta manera, quedaban pendientes dos causas: la primera la denuncia por despido nulo, y la segunda el incumplimiento de la subrogación. Las dos causas se unificaron en una sola, y se fechó el juicio para el 25 de septiembre. Llegado el día, el juicio no se celebró y se aplazó para el próximo 15 de diciembre.
Actualmente nos encontramos a la espera de juicio contra OUTSMART y TECOSA-SIEMENS, por despido nulo, y contra ELECNOR por incumplimiento de la subrogación. Durante todo el proceso que lleva durando el conflicto se han hecho multitud de acciones, concentraciones y protestas en el aeropuerto de Barcelona, en las puertas de los juzgados, en las sedes de las empresas de otras ciudades como Madrid… Nuestro objetivo sigue siendo el mismo de siempre, que David recupere su puesto de trabajo en el aeropuerto.
Redes de empresas que actúan como mafias
Con esta campaña queremos denunciar los trapicheos y tejemanejes que utilizan las empresas para quitarse de encima a los trabajadores que luchan por su dignidad. En este caso, David está amparado por la CNT-AIT, que no vamos a permitir que jueguen con él. Sin embargo miles de casos parecidos al suyo ocurren a diario. Cuando el objetivo es algún trabajador que no cuente con el respaldo de una organización como la nuestra, el resultado normalmente es que durante el proceso se acaba quemando y abandona, acepta algún chantaje, o simplemente se va para casa con una mano delante y otra detrás.
Los entramados empresariales como los que han dado lugar a la situación que han vivido David y sus compañeros son auténticas máquinas de generar miseria y maltrato. Y cabe destacar, en este caso, la figura de AENA como responsible directa. A fin de cuentas, los empleados del aeropuerto trabajan para AENA, y no deberían tener que soportar las condiciones humillantes que hemos descrito. Los pliegos de condiciones que marca AENA son meras formalidades que esconden una dura realidad: a esta empresa le importa un pimiento el trato que reciben los trabajadores del aeropuerto. Si no fuera así, AENA tomaría medidas para que la subrogación estuviese incluida en esos pliegos de condiciones; o que la represión sindical no pudiese cobrarse ni un sólo despedido más por reclamar dignidad y derechos.
Visto lo visto, nosotros estamos dispuestos a llegar hasta el final para que readmitan a David en su puesto de trabajo. Y nos enfrentaremos a las empresas que se nos pongan por delante, incluida AENA, para que se den por enteradas: con el pan de los trabajadores no se juega.