Absentismo


COLUMNISTAS | ENRIQUE HOZ
A partir del 1 de Enero ha entrado en vigor la Ley de Mutuas gracias a los votos del PP, PNV y CIU. A partir de ahora, su nueva denominación será Mutuas Colaboradoras de la Seguridad Social. Anteriormente atendían al nombre de Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesioinales de la Seguridad Social.
No sé si el cambio de nombre tiene que ver algo con la pulsión recortadora del Gobierno, pero me temo que no. Creo acertar al pensar que va más en la onda de suavizar la realidad con palabras, como aquel que llama funcionario de prisiones a un carcelero.
Así como cuando se nos impone una Reforma Laboral ésta viene acompañada de un texto inicial que la justifica, conocido como Exposición de Motivos, la Ley de Mutuas se vende como un intento de modernizar el funcionamiento y la gestión de estas entidades privadas, reforzando los niveles de transparencia y eficiencia. Dicho así queda para enmarcar, aunque más vale atender a la siguiente frase en la que se habla de contribuir en mayor medida a la lucha contra el absentismo laboral injustificado. En otras palabras, el campo de acción de las Mutuas se extiende al aumentar su poder en la gestión de las bajas por enfermedad común ya que en esa situación, en lo que a la prestación económica se refiere, puede fijar su denegación, su suspensión, su anulación o su extinción. Nunca debe olvidarse que las Mutuas son entidades patronales cuya gestión corresponde a las empresas asociadas a las mismas y, como la cabra tira al monte, no hay que ser un lumbrera para entender que la interpretación de la normativa laboral que se hace desde las Mutuas van en una dirección que no es la de los trabajadores.
Según leo, el Estado Bananero Español se encuentra entre los países de mayor nivel de absentismo laboral con una media de algo más de 10 días perdidos por trabajador y año.
Pero mira que somos vagos, tan holgazanes que no les ha quedado más remedio que reformar una ley que trate de poner fin a esa actitud que desde Arriba seguro que la asocian con el escaqueo y que parece ser les quita el sueño o, más bien, una ínfima porción de sus ganancias. Un sistema en el que por diez días de media se ponen nerviosos tiene que ser un sistema muy endeble.

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