[Entrevista] Martín Mozé, hijo de desaparecido en la dictadura argentina
La última en caer fue Barcelona. Era la
cuna del anarquismo, la CNT congregaba a gran parte de la población que
cuando estalló la guerra se echó a la calle. Luego se fue la luz, y no
volvió a encenderse hasta pasados 40 años. 40 años de silencio, de
angustia, de miedo y de secretos. Secretos que nunca han sido revelados y
que se han perdido en el mar de la memoria.
Es la Plaza San Felipe Neri en el centro
de Barcelona un lugar que tiene una energía diferente al resto de la
ciudad. Quizás porque en enero de 1938 recibió una bomba del bando del
dictador Franco en la que murieron decenas de personas, muchos niños
entre ellos que habían ido a cobijarse al refugio antiaéreo de la
Iglesia que hay en mitad de la plaza.
Y siguen los destrozos de la metralla en la pared. Los miro imaginando los ojos que los miraban hace casi 80 años, presos del pánico y sabiendo que la muerte venía. Pero las paredes, aunque son mudas, gritan verdades.
Y siguen los destrozos de la metralla en la pared. Los miro imaginando los ojos que los miraban hace casi 80 años, presos del pánico y sabiendo que la muerte venía. Pero las paredes, aunque son mudas, gritan verdades.
Y es a lo lejos cuando aparece Martín y
me encuentro con él debajo de un pequeño pasadizo cubierto que desemboca
en la plaza. Llueve, y siento las voces. Las voces quizás que gritaban
auxilio aquel día que ese rincón ardió en llamas. Y las vidas del pueblo
con él. Martin me comenta de un grafiti que muchas veces han pintado en
las paredes: “Mientras el estado y los medios masivos de
descomunicación no digan las verdad, las paredes hablarán”.
Martín Mozé nace en 1973 en Córdoba
(Argentina) y desde su más temprana infancia pasó por momentos que
ningún niño debería pasar jamás. Parte de su familia fue perseguida por
la dictadura. Su padre fue secuestrado, torturado y asesinado. Se lo
arrebataron: el golpe de estado cívico-militar y la dictadura de los
genocidas Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamín Menéndez junto a
militares, policías, la cúpula de la iglesia católica, la Sociedad Rural
y muchos cómplices empresariales de este país del sur. La misma
Argentina que recibió a miles de exiliados republicanos huyendo del
horror fascista después de la guerra civil española. El mismo lugar que a
partir del 24 de marzo de 1976 vivió una matanza con 30.000 mil
desaparecidos y un plan sistemático de robos de bebés. La misma que ha
pedido a gritos reparación por el horror que se vivió. Reparación
ausente en España.
Hablamos con Martín de memoria, de
dignidad, de verdad y de justicia. Y nos cuenta su historia. Dos países,
dos golpes de estados, mismos muertos caídos por defender la libertad.
En esa plaza, cuyos agujeros en la pared son testigos de nuestra
conversación y también lo fueron de la masacre. La historia avanza, pero
sin memoria, el camino no tiene sentido.
Ana
Martín, ¿Nos cuentas tu historia?
Martín
Es difícil resumir en poco tiempo algo
que en realidad no es solo mío, sino que es una historia familiar, la
historia del pueblo argentino y de la sociedad en su conjunto. Yo soy
hijo de Miguel Ángel Mozé y de Olga Acosta y recuerdo muchos momentos,
teniendo algunos especial particularidad. Como cuando tenía 6 años y al
volver de la escuela le pregunté a mi mamá a quien le hacía yo la
tarjeta del día del Padre. Ella rompió a llorar y se fue a su
habitación. Ese silencio duró muchos años; para mi no fue fácil hacer
estas preguntas y tampoco fue fácil para toda la familia y la sociedad
construir respuestas a tanto dolor. Y cuando yo hacía estas preguntas
como en el Mundial de Fútbol, Videla (Dictador de 1976 a 1981) gobernaba
todos los medios de descomunicación del país como Clarín, La Nación, La
Voz del Interior, etc.
Durante muchos años, pero sobre todo en mi adolescencia, recuerdo pesadillas : con rejas, espacios pequeños y oscuros… y siempre me despertaba llorando frente a una puerta con barrotes que se cerraba muy fuerte y me despertaba. Quería una luz encendida, no me gustaba la oscuridad. Estos sueños me daban miedo y me producían mucha angustia.
Durante muchos años, pero sobre todo en mi adolescencia, recuerdo pesadillas : con rejas, espacios pequeños y oscuros… y siempre me despertaba llorando frente a una puerta con barrotes que se cerraba muy fuerte y me despertaba. Quería una luz encendida, no me gustaba la oscuridad. Estos sueños me daban miedo y me producían mucha angustia.
Miguel Ángel Mozé
Otro momento en mi vida especial fue
cuando tenía 20 años. Un día estaba lloviendo y para refugiarme del frío
entré al primer lugar que pude. Era el CISPREN (Círculo Sindical de la
Prensa y la Comunicación de Córdoba). Había una muestra que realizaba el
fotógrafo Lavroff sobre la vuelta de la democracia en Argentina después
de 18 años de proscripción del peronismo. Eran todas fotografías en
blanco y negro. Yo pensé: que aburrido… No entendía nada. Viendo la
muestra, me quedé paralizado al ver una fotografía en la cual estaba el
presidente electo Héctor Cámpora, el presidente de la revolución cubana
Dorticós, el presidente de Chile Salvador Allende y a su lado un hombre
al cual yo me parecía mucho físicamente. Fue la primera vez que vi a mi
papá en una fotografía, y sentí su nombre y apellido: Miguel Angel Mozé.
Me quedé petrificado, no sabía que hacer, si salir corriendo o meterme
en la fotografía. Elegí la segunda. Eran los años de la impunidad: la
Argentina era gobernada por Carlos Menem donde los militares y policías
caminaban libres por las calles. Años de neoliberalismo, despidos y
pobreza. Años en los que el general genocida Bussi era gobernador en la
provincia de Tucumán.
Hoy, gracias a mis compañeros de
H.I.J.O.S Córdoba, Familiares de Desaparecidos y las Abuelas de la Plaza
de Mayo, en mi documento aparece mi verdadera identidad. Tal y como
debería haber sido siempre. No fue fácil para mi ni para mi familia, y
estoy muy agradecido a todas las personas que me ayudaron a reconstruir
esta dolorosa historia.
Ana
¿Cómo se ha desarrollado la memoria
histórica con el paso del tiempo en Argentina? Si puedes contarnos un
poco la reparación que ha habido para con las víctimas de los
desaparecidos y de los asesinados. Si los gobiernos se han implicado y
si la sociedad se ha concienciado. Por ver las similitudes y diferencias
con la situación de la memoria en España.
Martín
Es difícil resumirlo, vuelvo a repetir,
en poco tiempo. Para entender un poco el contexto, el golpe
cívico-militar eclesiástico empezó el 24 de marzo del 1976. Cuando
vuelve la democracia en 1983, una de las promesas que traía el nuevo
partido era justamente el hecho de la memoria y la justicia. Hay que
entender que para que eso fuera una promesa electoral había muchas
denun-cias y luchas que marcaron el destino del país. Y para mí, que
doce mujeres salieran a la calle en la Plaza de Mayo, es un hecho
histórico impresionante. Ellas son nuestras queridas viejas, nuestras
queridas Madres de Plaza de Mayo. Que también se dieron cuenta de que no
solamente eran madres, sino que también había maternidades clandestinas
dentro de los campos de concentración que dieron lugar a lo que después
se conoció como los “bebés robados”. De Madres también pasaron a ser
Abuelas.
Ellas son un antes y un después en la
historia. También cada uno de los supervivientes de los más de 540
campos de concentración que funcionaron en Argentina. Junto a los miles
de exiliados, con las denuncias internacionales que se hicieron. Gracias
a esta presión, llegó, como comentaba antes, esa promesa electoral, que
se tradujo en la formación de la Conadep (Comisión Nacional sobre la
Desaparición de Personas) que culminó con la presentación del libro
“Nunca Más” y una multitud de 70.000 personas congregadas frente a la
Casa Rosada cuando estaba el presidente Alfonsín (Presidente de 1983 a
1989).
Luego vino el Juicio de las Juntas que
se hizo en el año 1985. Pero inmediatamente los poderes fácticos
volvieron a intentar un golpe de estado y volvieron las leyes de
Impunidad, Obediencia Debida y Punto Final. Es decir, todo lo que no se
denunció hasta ese punto, caducaba como una cuestión judicial. Con
respecto a lo de Obediencia Debida he de aclarar que se refería a que
solo los mandos superiores respondían ante la justicia. Los inferiores
quedaban exonerados porque “solo obedecían órdenes”. Y por si fuera
poco, posteriormente el presidente Menem (Presidente de 1989 a 1999) los
indultó.
En 1995 nació en Argentina la
organización H.I.J.O.S. (Hijos por la Identidad y la Justicia contra el
Olvido y el Silencio), en el momento en que los militares, policías y
civiles cómplices estaban libres en las calles. Íbamos a las casas y a
los barrios a avisarles a los vecinos de que tenían un genocida viviendo
muy cerca, a un torturador, a un ladrón de bebés. Nosotros decíamos “Si
no hay justicia, hay escrache” y seguimos con la construcción de la
condena social.
Esa condena social se hizo a través de
los organismos de derechos humanos y fue tan grande esa construcción de
legitimidad que en el año 2003 llega a Argentina el gobierno de Néstor
Kirchner y transforma este pedido de las organizaciones de derechos
humanos en política de estado. ¿Qué hace? Les dice a los diputados y
senadores que deroguen las leyes de impunidad iniciándose de este modo
una nueva etapa a partir del 2005 de juicio a los implicados.
Hemos juzgado al genocida Videla y a más
de 700 condenados por delitos de Lesa Humanidad. Hemos logrado la
trasformación de varios campos de concentración en centros de promoción
de los derechos humanos en una Argentina que ahora se encuentra en un
momento crítico porque ha vuelto a ganar la derecha, que no solo nos
hace retroceder en políticas de estado como los derechos humamos, si no
que hace crecer nuevamente el desempleo, encarcela a la militante
indígena Milagros Sala y criminaliza la protesta social. Nosotros a esto
lo llamamos una re edición del Plan Cóndor.
El Plan Cóndor dirigido desde EEUU por
la CIA con el secretario de estado Henry Kisinger , no empieza en
Argentina, ya había comenzado con otros golpes de estados cívicos
militares en Latinoamérica. Como el del dictador Pinochet, el 11 de
septiembre de 1973 en Chile, al gobierno constitucional de Salvador
Allende. Los golpes de estado en la región alcanzaron a Brasil,
Paraguay, Bolivia, Perú, Uruguay, Colombia, Ecuador, Venezuela y a
muchos países centroamericanos donde las bases militares de EEUU aún
están presentes.
Ana
¿Qué crees que se debería hacer para
preservar la memoria histórica? Vosotros desde la presión social
conseguisteis que vuestra causa se volviese cuestión de estado y que el
dictador Videla fuera condenado a cárcel común, perpetua y efectiva.
Desde diversas Organizaciones Mundiales de los Derechos Humanos se ha
condenado la dictadura franquista y se exige que se investiguen las
fosas de desaparecidos. Pero el pacto de impunidad sigue inamovible por
parte del gobierno Español. No se ha preservado la memoria del pueblo.
Martín
España es el segundo país del planeta
con mayor cantidad de desaparecidos en fosas comunes, solo Camboya
supera este dato macabro y doloroso. La dictadura de Franco, la Falange y
tantos otros se benefició de muchas formas: muchas empresas hicieron
negocios, impusieron culturalmente bestialidades durante casi 40 años y
el dictador se murió en su cama con todos los honores. Hay miles de
españoles que a día de hoy no saben dónde están sus familiares.
Miles de niños robados por el franquismo… son muchas historias de vida, muchas heridas abiertas, no cicatrizadas. Pero pienso que a cada daño cometido a los pueblos de nuestra madre tierra, le sobrevienen tiempos de lucha y resistencia. Veo una generación que pondrá luz a tanta oscuridad.
Miles de niños robados por el franquismo… son muchas historias de vida, muchas heridas abiertas, no cicatrizadas. Pero pienso que a cada daño cometido a los pueblos de nuestra madre tierra, le sobrevienen tiempos de lucha y resistencia. Veo una generación que pondrá luz a tanta oscuridad.
No podemos hacer una comparación lineal
entre España y Argentina. Cada nación, cada región, cada pueblo y cada
sociedad tienen sus tiempos. La dictadura argentina duró siete años. El
dictador Franco estuvo casi cuarenta.
Uno de los trabajos que nosotros hacemos aquí en territorio europeo, conjuntamente con organizaciones y ayuntamientos, es la solidaridad con la querella de crímenes del franquismo que está tramitando la Jueza Servini de Cubría en Argentina. Queremos dar visibilidad y exigimos justicia.
Uno de los trabajos que nosotros hacemos aquí en territorio europeo, conjuntamente con organizaciones y ayuntamientos, es la solidaridad con la querella de crímenes del franquismo que está tramitando la Jueza Servini de Cubría en Argentina. Queremos dar visibilidad y exigimos justicia.
Ana
¿Crees que aunque pase el tiempo y se
haga justicia, la reparación es la misma? La transición en España fue
una mentira. Hizo la vista gorda. Y un pueblo sin memoria es un
problema. En Argentina la conciencia estaba más fresca en la sociedad.
Aquí se corrió un tupido velo y ya han pasado casi cuarenta años desde
la muerte del dictador Franco y mucha gente se ha desanimado. ¿Qué
sentido tendría hacer justicia ahora?
Martín
El gobierno español o mejor dicho el
Reino de España, no tiene memoria. Los pueblos si la tienen. Yo siempre
digo que el juicio que le hicimos a Videla, donde fui testigo y
querellante junto a muchos otros, no me devolvió a mi padre ni a los
30.000 desaparecidos. Creo que la memoria, la verdad y la justicia, son
conceptos personales y también colectivos. Y nosotros creemos mucho en
lo colectivo.
Una sociedad y un pueblo que no tienen memoria… no tendrán futuro. Hay muchos grupos y víctimas que están haciendo actividades en España y en Cataluña, por poner un ejemplo: Felipe Moreno, superviviente de los campos de concentración franquistas.
Una sociedad y un pueblo que no tienen memoria… no tendrán futuro. Hay muchos grupos y víctimas que están haciendo actividades en España y en Cataluña, por poner un ejemplo: Felipe Moreno, superviviente de los campos de concentración franquistas.
Él sigue luchando junto a muchas y
muchos que resisten y luchan por la memoria y la justicia. Muchos nietos
y nietas que quieren saber dónde están los restos de sus abuelos y
abuelas; día a día voy conociendo y encontrando grupos o familias que se
organizan. Me cuentan como en España hubo un golpe de estado a un
gobierno elegido por las urnas. Y vino una guerra. Ya sabemos lo que
pasa cuando hay guerras. Lo podemos ver ahora en Siria; lo denunciamos y
salimos a las calles en Barcelona cuando tuvo lugar la guerra de Bush y
Aznar en Irak. Aznar la apoyó. Manuel Fraga del Partido Franquista,
perdón del Partido Popular…. todo tiene que ver con todo, es solo
cuestión de atar cabos sueltos.
Nos faltan los desaparecidos en
Cataluña, en Argentina, en España, en el Mediterráneo, en México etc,
etc… Los desaparecidos nos faltan a todos y hacer justicia es un acto de
dignidad. Si hay memoria, hay futuro.
Mural colectivo de H.I.J.O.S.Barcelona
diseñado y realizado por el artista social Pablo Kalaka, en el espacio
comunitario Ágora Juan Andrés Benítez en el Barri del Raval.
Ana
Y para terminar Martín, ¿Puedes contarnos qué es H.I.J.O.S?
Martín
Si, la organización H.I.J.O.S.
Barcelona se fundó en el año 1996 en la Rambla del Raval.. Luchamos
contra la impunidad y a favor de los derechos humanos. Exigimos que se
cierren los centros de internamiento para extranjeros (CIEs) y formamos
parte de varias plataformas como Ayotzinapa, Berta Vive, el Comité
Libertad a Milagro Sala y la Taula por México.
También junto a las Abuelas de Plaza de
Mayo seguimos buscando a los bebés que fueron robados por la dictadura
Argentina y hacemos actividades al respecto como Música por la Identidad
Barcelona que tiene como uno de sus objetivos contribuir a la búsqueda
de más de 500 niños apropiados por la última dictadura argentina.
Tenemos indicios de que más de 20 jóvenes podrían estar en territorio
Europeo. Recuperamos más de 121 hermanos pero todavía nos faltan muchos
hermanos hoy jóvenes, que aún no conocen su verdadera identidad.
Llevamos adelante Cine por la Identidad y campañas de difusión para
poder dar con ellos.
Formamos parte de la campaña Catalunya
No al TTIP (No a los tratados de libre comercio por sobre la soberanía
de los pueblos). Tenemos una forma de funcionamiento horizontal. Todo es
decidido entre las compañeras y compañeros en asambleas donde
planificamos estrategias y compartimos luchas. Creemos que la memoria
vence al olvido, la verdad vence al silencio y la justicia vence a la
impunidad, no es fácil ni mucho menos, pero si se puede.