[Opinión] Podemos ser menos piramidales
Imagen: Dani Gago/Disso Press
La imagen que acompaña me surgió tras la
entrevista que Ana Pastor hizo recientemente en su programa El Objetivo
a Iñigo Errejón quien describió al partido como una estructura
demasiado piramidal que había que transversalizar. Esa peculiaridad para
algunos para otros es una definición chirriante que no pasa
desapercibida. Las estructuras piramidales en las organizaciones son
demasiado aberrantes, así que me limitaré a no hacer agravios
comparativos para no alarmar a nadie y ensuciar el mensaje. Aun así diré
que ese tipo de estructura es incluso peor que la estructura
verticalista que suele gustar tan poco a los que luchan y, solo por dar
un dato, trata al conjunto de los integrantes que no ocupan el vértice
como carne para la picadora.
Esta reflexión va dirigida como siempre a
todo el público, pero en especial a esas personas de PODEMOS y a las
bases de las confluencias en plataformas políticas que todavía confían
en un cambio social impulsado en una organización de estructura
igualitaria de carácter social. Ni siquiera me centro en esos cinco
millones de votantes que son la llave para todas las puertas. A tanto no
asciende mi ambición comunicativa, de todas formas tampoco es que crea
que tal número tenga que ver con la gente comprometida en el proyecto
político, pero tampoco quiero restarles importancia. No obstante me
importa llegar a los y las podemitas desprogramados del fanatismo. Una
salvedad, no tengo el más mínimo interés de parecerme en nada a las
típicas críticas que exhortan los partidos rivales o los medios de
comunicación y aunque pueda compartir algunas de esas críticas me
esforzaré en no asemejarme a ninguna.
Han puesto patas arriba el bipartidismo, aunque no está muy claro que lo hayan dilapidado pues no hay evidencias suficientes que hagan pensar que estén contra el régimen del 78, sino que por diversos motivos son más bien una versión restaurada.
Es de sobra sabido que PODEMOS es
enaltecido al mismo tiempo que vilipendiado por el escenario mediático
al que han entrado como elefantes en una cacharrería. Es más ese enfoque
piramidal va marcado por el pulso de las redes y las grandes cadenas
informativas que casi eclipsan todo lo demás. Voy a reconocer que la
aparición de este partido en la escena política ha logrado ciertos
resultados. Es muy gracioso ver como ahora todos los partidos rancios se
matan por hacer primarias y de cómo ha dado color al vetusto monocromo
de la política. En contra hay que decir que sobran políticos en un país
tan sobredimensionado en el funcionariado político. Han puesto patas
arriba el bipartidismo, aunque no está muy claro que lo hayan dilapidado
pues no hay evidencias suficientes que hagan pensar que estén contra el
régimen del 78, sino que por diversos motivos son más bien una versión
restaurada. Con todo y con eso se puede afirmar que el entusiasmo
político les está llevando a buenos puertos institucionales, pero en el
terreno social es todo lo contrario. No se aprecian garantías de querer
transformar la sociedad, el afán prioritario es alcanzar el gobierno y
todos los que estamos por un cambio más sustancial sabemos que eso no es
lo mismo. Pero no vayamos tan allá, miremos los aspectos más cotidianos
que son más reveladores. Se puede intuir a estas alturas que en su
estrategia no está la labor conjunta con los movimientos sociales, lo
digan hasta la saciedad en sus pulcros discursos. Salir en unas fotos
con CCOO y UGT o en manifestaciones en realidad refuerza lo que afirmo
porque justamente la calle no es una puesta en escena como lo pueda ser
el parlamento. Pero si algo pone en relieve su desatención social es el
escaso valor estratégico que PODEMOS confiere a sus círculos y a sus
bases que prácticamente están vacías de contenido.
Cuando los dirigentes de PODEMOS dicen
manar del 15M desde luego razones no les falta, pero precisamente no
vienen de la esencia colectivista que tanto caracterizó ese movimiento,
si no más de su etapa rupturista donde pesaban más los grupos de
coordinación, consejos u otras nomenclaturas, que la propia asamblea que
ya por entonces tendía a ser más de espectadores que un espacio de
convergencia. Y aún con todas, esa etapa final que dio al traste el 15M
era todavía más democrática puesto que al menos supo desarrollar nódulos
desde donde impartir las propuestas políticas cosa que PODEMOS no ha
hecho nada por desarrollarlas. Una cosa más, el carisma que brotaba en
las asambleas del 15M no era ni por asomo el carisma mesiánico que hay
en este partido y la distancia entre asamblearios y representados no
estaba tan definida, lo que permitió un tipo de convivencia entre ambas.
Ahora pongamos la mirada en la asamblea
nacional de Vistalegre 2 (V2). En primer lugar llamar asamblea cuando en
origen no se es asambleario es una pretensión confusionista que no deja
en buen lugar a los regidores. Llámese asamblea o congreso, da igual,
no conozco a ninguna organización social que sea horizontal,
transversal, sindicada o federada, cuya toma de decisión provenga de la
directiva y pocas o ninguna desde la base. En el mejor de los casos V2
trazará las líneas a seguir de los proyectos presentados por sus líderes
que confieren demasiada versatilidad a los cuadros dirigentes, pero al
contrario alientan el reduccionismo hacia sus bases.
No conozco a ninguna organización social que sea horizontal, transversal, sindicada o federada, cuya toma de decisión provenga de la directiva y pocas o ninguna desde la base.
Imagen: Dani Gago/Disso Press
Cualquier metodología de congreso
medianamente decente no permitiría tal exaltación del líder y cuidaría
de dar protagonismo a las propuestas y ponencias vertebradas desde las
bases, buscando mecanismos que garanticen el equilibrio. Con total
certeza se impedirían los cauces directivos que atajan decisiones y
pongan en riesgo el quórum. Ya para echar a andar la estructura
directiva está el día de después cuando se asumen los distintos cauces y
dinámicas del partido, así que no hay motivo que justifique la
verticalidad. Tras alcanzar acuerdos tácticos y principales es en última
instancia cuando se ven los cargos de gestión que desde luego deberían
tener una durabilidad limitada y un poder acotado. Pero V2 no parece ser
el vademécum de la horizontalidad. Hay una lucha sin igual por los
puestos de poder. El liderazgo por el partido y el intenso dominio en el
consejo ciudadano no deja entrever mucho más y bajo mi punto de vista
ni siquiera existe una correlación objetiva en las tomas de decisión. En
alguna ocasión hubo problemas en el sistema de escrutinio con los votos
online, y que más da, si el escrutinio fuera de estricto rigor tampoco
se garantizaría la democracia en un modelo en el que solo puedes ir a
votar algo que como ya sabemos se ha pactado meses atrás en reuniones
precongresuales.
Cuando se dice aquello de que el fin justifica los medios,
frase que en la actualidad se atribuye a Napoleón Bonaparte, es porque
se incurre en una acción política de escasa ética, pero aplicado a
PODEMOS el término se queda incluso desfasado ya que se dice mucho de
los fines pero bien poco se sabe de los medios. A finales de 2013 y a
puerta cerrada se creó sin fundamento el aparato del partido con un
programa que ha ido modulando a merced de los acontecimientos. Fruto de
los éxitos electorales se jactan de haber acertado estratégicamente y
sin echar la vista atrás se sigue construyendo la casa por el tejado. A
los casi tres años es cuando se paran a ver aspectos orgánicos del
partido. En todo este transcurso… ¿no han tenido tiempo suficiente para
dotar de entidad a los círculos?
Para mí son motivos suficientes para
pensarme la naturaleza de esta empresa y si yo puedo verlo lo pueden ver
los demás también. Es necesario que seamos un sujeto crítico para no
pasar por cualquier aro, que prestemos atención en el trasfondo de las
organizaciones pantalla para no ser mercadeados y pedir siempre ser
parte activa y participativa de cualquier proceso, aunque luego decidas
dormirte en los laureles. Estés donde estés no dejes que te manipulen.