[Economía] Descenso Pirata de las cifras del Paro
Carlos Martín / Acción de la CNT en las oficinas del paro de Aranjuez
La última estadística del paro se
presenta como el mayor descenso anual de la historia, reverberándose sin
parar como un gran logro de la economía española. Sin embargo los datos
revelan otra lectura.
La noticia hecha pública a principios de
este año hace gala de un enorme gesto de presunción por parte del
Ministerio de Empleo que presenta los datos con sumo provecho. Dicho tal
cual, estos datos serían producto de la aireada recuperación económica
que con tanta rotundidad se afirma y del buen hacer de la reforma
laboral. Es bien sabido que de nuevo vuelve la discusión de la reforma
laboral, ahora que el Gobierno a duras penas puede mantener sus
decretazos y encima tiene sobre la mesa la reforma laboral 3.0 dictada
desde Bruselas. El 10 de enero del 2017, De Guindos Ministro de
Economía, en su intervención en el Spain Investors con toda la caterva
de banqueros y empresarios cita textualmente “El mayor error sería dar
marcha atrás a las reformas” y el día trece dice que va a ser un año
difícil, lo mismo que dijo en 2012, asique agárrense a la brocha que se
llevan la escalera.
“El mayor error sería dar marcha atrás a las reformas”
En un alarde de autosuficiencia el
Gobierno ha difundido a los cuatro vientos los datos del paro en un
titular que no tiene abuela. Sin embargo, el que más o el que menos sabe
cómo funciona esto de los titulares, que según el poder de alcance así
se multiplica. Lo mismo ocurre con el mensaje interpuesto que según el
trasfondo que se le quiera dar así se produce. Conclusión, se da por
evidente lo que no lo es tanto y, como he dicho del alcance, todo el
mundo termina asintiendo de carrerilla como borregos. El cálculo
estadístico tiene un apunte económico, bastante frío por cierto, donde
unas estadísticas y unos gráficos que sintonizan con un modo de ver la
economía se ponen de máxima, pero afortunadamente no en exclusiva. Es
decir, de esos datos se sustraen otros que podemos interpretar. En todo
caso lo bueno del descenso del paro y las altas en la Seguridad Social
(S.S) son datos buenos respecto a otros pero el gozo puede durar lo que
dura la fiesta del tapón, por consiguiente lo justo es ser prudente. El
mecanismo del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE), además de ser
un organismo adscrito al Ministerio de Empleo, difiere en los
procedimientos de medición del paro de otras encuestas como la EPA o
Eurostat, y como es natural, los gobiernos se decantan por las encuestas
más favorables.
Una mirada a los datos oficiales
De los 390.534 parados menos y las
540.655 altas a la S.S con los que cierra el año el registro del SEPE
cabe evaluar parte del cómputo que ponen de relieve otros aspectos
importantes. Dependiendo del baremo los resultados son muy parecidos o
incluso menos favorables respecto a años anteriores. Lo mismo ocurre
dependiendo con qué se compare: en términos de afiliación media a la S.S
que suele aumentar en diciembre, éste ha sido el menor de los últimos
tres años (en 2014 creció 79.463, en 2015 creció 85.314 y en 2016 creció
68.531). Los meses más significativos son aquellos que responden a los
periodos donde el sector servicios demanda una duración determinada de
la contratación. El mejor ejemplo lo tenemos en este periodo navideño
con el que se cierra el año. De un total de 86.849 contratados en ese
mes 14.075 han ido a cubrir la demanda temporal agrícola, 2.785 a la
industria donde se dan prácticamente todas la modalidades contractuales,
8.365 a la construcción donde mayormente se estila la contratación de
final de obra y servicio y el grueso con 65.898 ha ido a parar al sector
servicio cuya durabilidad lo marca la campaña.
No hace falta desglosarlo todo para
adivinar que el tipo de contratación se debe al interés circunstancial
del empresariado; para el próximo estudio se apreciará a partir del mes
de enero una subida exponencial de las cifras del paro y de bajas en la
S.S que demuestra la precariedad del mercado laboral. Algo importante
que no suele mencionarse en la campaña navideña, y que denuncian más que
nada los sindicatos alternativos, es que prácticamente el tipo de
contratación es temporal, eventual por circunstancias de la producción o
de obra y servicio. Cuando no, hay un abuso sistemático en cubierta por
el uso de contrataciones fraudulentas o sin contrato. Es decir,
terminada la campaña navideña empieza la otra campaña, la de las
demandas que saturan los juzgados y la de las reclamaciones laborales de
los sindicatos por las horas no retribuidas, fraudes de ley, jornadas
de trabajo ilegales, etc., que terminan siendo una ganga para el
empresariado porque a lo sumo se le aplica la ley de mínimos en el
supuesto de que pierda, y son pocos los casos. Entonces, si lo más que
puede pasar es lo comido por lo servido compensa malversar. En el
sistema económico actual, aunque pueda sonar delictivo, los beneficios
de las grandes empresas son a costa de la riqueza social.
¿Hacia dónde vamos?
De los 1.699.018 registrados durante el
mes de diciembre que aparecen en el registro interanual del SEPE como el
mayor número de toda la serie histórica que supone una subida del 6,5%
sobre el mismo mes del año 2015, tenemos que 1.576.724 (92,80%)
contratados son de carácter temporal y el resto 122.294 (7,2%) son
indefinidos. En la evolución de los contratos desde 2012 hasta 2016 son
tan mínimas las variaciones entre dichas modalidades que no se aprecia
ninguna tendencia como reza el grandilocuente titular. En total fueron
17.849.055 de afiliados de media en el conjunto del sistema cuando se
cerraron los resultados, pero en los datos de afiliación a la S.S el 30
de diciembre de 2016 hubo 122.309 bajas y llegados a febrero la cifra
seguro que bajará bastante. Otro dato con que el Gobierno se atiene al
autoproclamado logro histórico es el aumento de contratos indefinidos.
En 2016 los contratos indefinidos a tiempo completo fueron de un 4,2% y
los indefinidos a tiempo parcial un 3%. Sin embargo desde hace ya unos
años y hasta la fecha, la tendencia es una caída del peso de indefinidos
a tiempo completo y un aumento de los de a tiempo parcial.
Desde la entrada en vigor de la Reforma
Laboral del 2012 las indemnizaciones y la evaluación sobre los despidos
(objetivo, individual, colectivo etc.), supuso tal rebaja de las
garantías jurídicas y tan fácil la rescisión de cualquier contrato, que
prácticamente el carácter “indefinido” había quedado desacreditado. La
llamada política de flexibilidad que dicta el mercado tiende al despido
gratuito e instantáneo, liquidando los resquicios de contratos fijos.
Prueba de ello se aprecia en un minúsculo detalle del informe donde
solamente 5 contratos de origen de sustitución de jubilación se
convierten en indefinidos, que viene a decir que los puestos de trabajo
medianamente decentes desaparecen para crear otros más baratos y
rotativos, una mayor volatilidad que para mantener el mismo empleo
indefinido a lo largo del año hay que dispensar un número mayor de
contratos. Otro aspecto que salió fortalecido de la Reforma Laboral son
esos contratos formativos por los que el empresariado recibe
subvenciones y que dudosamente han cumplido la finalidad de fomentar el
trabajo estable y especializado. Si aunamos los contratos de prácticas y
formación, sale una importante cifra de 16.480 (casi el 1% del cómputo
anual) solamente el 13% de estos contratos han servido para satisfacer
el famoso I+D+i, el resto han sido un suculento empleo temporal a precio
de saldo y encima subvencionado. En el cálculo no cuento con los 6917
“otros contratos”, mayormente temporales o ligados a la formación y que
rozan el limbo.
Los parados invisibles.
Por último y para no romper la excepción
analizaremos los parados. Ese sector tan importante para todo el que se
preste a la política, pero que al mismo tiempo es ninguneado y
vilipendiado por los mismos. El Gobierno gusta de usar los datos del
SEPE porque no reconoce a una parte de la población como desempleada. La
cifra de personas inscritas en el SEPE en diciembre del 2016 como
parados registrados es de 3.702.974, pero la cifra de demandantes de
empleo alcanza 4.971.036 personas. La escalofriante diferencia entre
estas dos cifras es de 1.268.062 supuestos parados que bailan al son de
la música; 827.103 son ocupados a medio camino por decirlo de alguna
manera, que buscan mejora de empleo, 193.015 escondidos con un asterisco
cabrón y enano: *Son aquellos demandantes, sin empleo, que indican en
su solicitud condiciones especiales de trabajo (ej: sólo a domicilio,
teletrabajo, en el extranjero, etc.) y el resto, 247.944 son los
llamados TEASS, desempleados que realizan alguna formación (cursillos
del INEM) que también incluye buena parte de los que cobran
prestaciones, subsidios y los del PER, estos últimos la mayor parte del
año no trabajan.
Desde el comienzo de la crisis el
colectivo de parados ha ido menguando en cuanto a prestaciones y
subsidios, llegados hasta tal punto que en la anterior encuesta de la
EPA se deslucía que tan solo 3 de cada 10 cobraban alguna prestación. En
suma, se duplica el porcentaje de parados que no cobran nada en los
últimos 5 años, y de los que disfrutan de ayudas más de la mitad son
ayudas asistenciales no contributivas. Esto se debe a que cada vez son
más los parados que no alcanzan a la cotización requerida, junto a las
cada vez más restricciones que impiden percibir las ayudas. Las sangrías
más conocidas fueron aquellos recortes del 2012 donde se redujo el
derecho a percibir subsidios y ayudas (el Plan Prepara y la de mayores
de 45 años fueron sesgadas). No merece la pena hacer mucho hincapié en
el balance de la tasa de cobertura, es mayor que el año pasado pero
menor que el antepasado. La tendencia de los beneficiarios es a la baja
prácticamente en todos los tipos de prestaciones, por ende el gasto
total de protección por desempleo ha descendido un 8,4% respecto al
2015.
En esto de las estadísticas hay
muchísima gente invisible. Faltan todos aquellos que les pilla la foto
justo en el proceso de inscripción, o esas personas, me incluyo, que
cuando oye hablar de sellar el paro hace el mismo caso que cuando oye
por megafonía“…Tengan cuidado de no introducir el pie entre coche y
andén…” porque no encontramos útil la vía institucional, y somos
muchíiiiisimos. Pero no nos quedemos solo con esto, tengamos amplitud de
miras y traspasemos las fronteras. Según el INE el flujo de emigración
al extranjero en 2015 fue de 343.875 y en el primer trimestre del 2016
fue 155.555, aún faltaría por aportar los otros trimestres. Aunque a
priori el año pasado supuso una mejor lectura de los datos en este
concepto, desde el 2008 hasta la fecha actual, la tendencia ha sido
negativa en la población activa. Al final de año, sin intención de herir
los sentimientos patrios, los curritos-as que vienen de fuera
(inmigrantes) son menos que los españoles que van a buscarse la vida. En
consecuencia, mucha de esa gente engrosó alguna vez las filas del paro.
Lo que sí es seguro es que serán población activa pero en otro lugar
que no sea aquí y estos detalles no se cuentan.
La brecha entre ricos y pobres se agranda; las empresas del IBEX35 tienen mejores dividendos y en cambio las personas de a pie atraviesan cada vez más dificultades.
Dejémoslo aquí porque se trataba de
hacer una síntesis y ya estoy en el límite de ser legible. Hay muchos
más datos que los que doy para hacer una radiografía del país, pero solo
voy a resaltar un concepto más: tomar por bueno el “posible repunte
económico”, y según las gráficas el dibujito va para arriba, me preocupa
más que si se llamaran las cosas por su nombre. Los datos son positivos
para unos en concreto, eso no cabe duda, pero la brecha entre ricos y
pobres se agranda; las empresas del IBEX35 tienen mejores dividendos y
en cambio las personas de a pie atraviesan cada vez más dificultades.
Los fondos buitre, Lehman brothers y calificadores de riesgo nos
gobiernan con nombres y apellidos y vuelven al parquet con más fuerza.
Si la buena economía se traduce en que las empresas obtienen ganancias
vertiginosas y acto seguido patada en el culo a la clase trabajadora,
porque forma parte de su planificación, si esa va a ser la recuperación
económica, no estoy de acuerdo. O se reformula la economía huyendo del
crecimiento de bajo valor para las capas sociales trabajadoras, haciendo
que encontrar un trabajo estable no sea pasar por las doce pruebas de
hércules y se garantice lo más básico o esto se va al garete señores.
Cuando se oyen tiros de que van a tocar el Pacto de Toledo y suenan
campanas de que se puede recurrir a rentas básicas de emergencia es que
el chiringuito se tambalea. Nos vemos trabajando hasta los 80 años o más
y no es broma.