"Seguiremos luchando hasta que se nos reconozca la enfermedad profesional"

Enviado por actualidad el Mié, 08/01/2014 - 19:27.


Cinco trabajadores de la empresa IMSA que realizaba labores subcontratadas por Asturiana de Zinc (AZSA) han mantenido durante catorce días una huelga de hambre a las puertas de la factoría que esta empresa del Grupo Glencore tiene en Avilés
H. González | Periódico CNT
El conflicto, originado en diciembre del pasado año, afecta directamente a 49 trabajadores envenenados por mercurio en su puesto de trabajo mientras realizaban labores de mantenimiento y reparación. Tras ser ignorados y ninguneados por AZSA, la mutua y salud pública, decidieron pasar a la acción, constituyendo la Asociación Asturiana de Intoxicados por Metales Pesados y Agentes Químicos, llevando a cabo una acción desesperada: una huelga de hambre.
Pregunta.- ¿Cómo se origina el conflicto y qué os llevó a plantear la huelga?
Respuesta.- Todo comenzó el 1 de diciembre de 2012 cuando, tras unos días realizando reparaciones en un intercambiador, nos encontramos con los primeros síntomas de contaminación por metales pesados, por mercurio concretamente, teniendo que ser hospitalizado un compañero por este motivo. Posteriormente la cifra aumentó hasta ocho trabajadores ingresados por gingivitis, taquicardias, problemas digestivos y dolores de cabeza. Habíamos sido contaminados 49 trabajadores por estar en contacto con mercurio en una zona de la fábrica que se suponía libre de esta sustancia. Ni nosotros ni IMSA sabíamos que estábamos trabajando en estas condiciones y no contábamos con medidas de seguridad acordes al riesgo que asumíamos.
Una vez se produce el alta médica de los afectados, ya que a día de hoy solo ocho seguimos de baja, comienzan los problemas que inician el conflicto. La mutua, FREMAP, se desentiende de nosotros y nos da el alta, aun reconociendo una «probable intoxicación por mercurio», nos mandan a trabajar sin medicarnos ni realizarnos controles médicos adecuados alegando que no tenemos nada y culpabilizándonos de la situación y problemas de salud que comienzan a afectarnos. Empezamos a tener los primeros síntomas de este envenenamiento, dolores fuertes de cabeza muy frecuentes, problemas neurológicos, temblores, caída de dientes, pérdida de memoria, adormecimiento de las extremidades, hepatitis B, problemas digestivos y de vista, etc. FREMAP y AZSA no se responsabilizan de nosotros y deciden enviarnos al sistema público de salud, sin embargo allí también nos encontramos con problemas, los médicos reciben fuertes presiones de la mutua y los cargos de responsabilidad del SESPA para «no encontrarnos nada», no se siguen los protocolos de desintoxicación, etc. Nuestra situación se agrava de tal manera que tuvimos que salir de Asturias para conseguir análisis y pruebas objetivas que demuestran que estamos envenenados por materiales pesados y que las dolencias y enfermedades que padecemos están ligadas al trabajo que desempeñamos en AZSA. Esa es la lucha que sostenemos con mutua y empresa, que se reconozca el envenenamiento y la enfermedad profesional que padecemos y que se hagan cargo de las secuelas presentes y futuras, que van a ser muchas y muy graves.
Queremos destacar que la actitud de nuestra empresa, IMSA, ha sido positiva desde un principio, interesándose por nosotros y apoyándonos, sin embargo la posición de AZSA ha sido terrible, nos han ninguneado, han tratado de ocultar el problema, de hacernos la vida imposible. Nos han ignorado cuando estábamos ingresados. ¡Han declarado que no existen medidores de mercurio en el mercado! Todo para dejarnos tirados, solo han cambiado de actitud cuando nos han visto aquí acampados. AZSA solo entiende un lenguaje: el de la confrontación.
P.- ¿Qué os llevó a tomar esta determinación de iniciar la huelga de hambre en una situación tan compleja como la vuestra?
R.- Al ver todo lo que está pasando, nuestras dificultades, que llevamos un año en el que nuestra salud ha empeorado notablemente, que AZSA, FREMAP y el sistema público de salud nos ignoran o directamente actúan contra nosotros, que los sindicatos no aparecen ni te dan el apoyo que les pides en las concentraciones o el asesoramiento... veíamos que estábamos cercados por todos los frentes, con un silencio mediático irrompible. Entonces pensamos que teníamos que lograr un golpe de efecto que visualizara nuestro problema. La huelga de hambre ha servido para que se conozca cual es nuestra situación, se nos acerquen los sindicatos y que la empresa cambie de actitud respecto a la que mantenía hasta ahora. Ya no se ejercen las mismas presiones contra los médicos y se avienen a reconocer la enfermedad profesional aunque, de momento, con muchas reticencias.
P.- ¿Cómo se ha desarrollado la huelga?
R.- Nos llegamos a encontrar bastante debilitados físicamente, las secuelas del mercurio son patentes en nosotros y nos debilitan aún más. Un compañero tuvo que ser ingresado por insuficiencia renal y le iban a dar el alta a pesar de tener problemas de hígado derivados del envenenamiento. Aun así, moralmente nos encontramos muy bien.
P.- ¿Hasta cuándo pensáis mantener la lucha?
R.- Pensamos seguir luchando hasta que se reconozca lo que es nuestro, la enfermedad profesional y las secuelas derivadas, tanto las presentes como las futuras. Ahora parece que están dispuestos desde AZSA a reconducir el conflicto y desbloquear las prestaciones, hablar con FREMAP y la sanidad pública para que se nos reconozca la enfermedad profesional. Con este balón de oxígeno nos encontramos muy animados para seguir adelante.
P.- ¿Os habéis sentido apoyados por el panorama sindical de la empresa y de la región?
R.- CITAS, el sindicato amarillo de AZSA, ha llegado a repartir propaganda en contra de nuestra lucha, prohibiendo que los trabajadores asistieran a las concentraciones, ha sido vergonzoso. CC.OO nos ha apoyado informalmente, muchos cargos a nivel individual, tanto de Asturias como de la empresa, han hecho todo lo posible por nosotros. Sin embargo, cuando les hemos pedido su apoyo como sindicato, que se involucren en el conflicto, que vengan a las concentraciones, etc., se han negado diciendo que «nosotros seguimos nuestros protocolos». Si CC.OO. nos hubiera apoyado desde un principio no hubiéramos tenido que llegar hasta aquí.
P.- ¿Cómo aparece el sindicato Manos Limpias en el conflicto?
R.- Nosotros no encontramos ni a USO, ni a CC.OO. UGT o CSI. Nadie, ningún sindicato, apareció cuando lo necesitamos, cuando estábamos perdidos, sin saber qué hacer y ya habíamos iniciado la huelga de hambre. De repente, al segundo día de la huelga, apareceManos Limpias y nos ofrece su servicio jurídico gratuito. Fueron los únicos que llegaron aquí y se ofrecieron a denunciar la situación con nosotros. Cuando comenzó a comentarse públicamente el que nos íbamos a asociar a Manos Limpias, nos llegaron informaciones y avisos de lo que había detrás pero... en una situación de desesperación como la nuestra, en la que estás perdido, en la que no aparecen los sindicatos cuando los reclamas, al final tomadas medidas desesperadas, sin pensar, y te acoges al primero que te ofrece algún tipo de apoyo dándote igual lo que vayan a decir de ti, o sin pensar que estás cometiendo un error. Ha sido posteriormente cuando han aparecido los demás sindicatos.
* Nota: al cierre de la edición los trabajadores finalizaban la huelga de hambre y anunciaban en rueda de prensa el cede de relación con Manos Limpias.

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