Delirio nacionalista


Hace 521 años, un 12 de Octubre, tuvo relevancia un hecho que cambiaría de forma definitiva el concepto que tenía el Hombre de la Tierra como morada. Un encuentro que iba a modificar con creces, también de forma drástica, la evolución humana en el continente americano y el peso de la Corona de Castilla y Aragón en el mundo. Nació un Imperio que dominó durante casi dos siglos vastos territorios en América.

El Día de la Raza(1), o de la Hispanidad(2) como se sigue llamando en algunos países de habla castellana, fue institucionalizado como Fiesta Nacional Española(3) en 1987. En su origen, a principios del siglo XX, la idea de celebrar un día de comunión entre tierras que habían compartido años de historia conjunta, fue un intento mitigador del desastre que tuvo para los intereses económicos de España, la independencia de sus colonias durante todo el siglo XIX. La Corona y oligarcas, como el 2º Marqués de Comillas (4), no dudaron en aplaudir una ceremonia que fácilmente se trasladaría a la masa por su carácter festivo. Primo de Rivera, el Dictador, se encargaría de ensalzar el pasado imperialista español. Más tarde y de nuevo otro dictador, Franco, mitificaría la Historia de España, conquista de América incluida, después de autonombrarse Generalísimo por medio de un golpe de Estado que provocó medio millón de muertos y desaparecidos.
Debido a esta aberrante evolución del fascismo en la sociedad castellano-hablante y con varios dictadores militares a sus espaldas (España, Chile, Argentina, Uruguay...), no debemos dar cabida a quienes humillan la identidad individual y colectiva, además de inspirar a la xenofobia esparciendo el odio racial. Dijo Durruti en 1936: "al fascismo no se le discute, se le aplasta".

La CNT no está dispuesta a rendirse ni ante el Fascismo ni ante el Gran Capital. No aceptaremos la sumisión ni claudicaremos ante la bestia fascista  que hace parada en Barcelona el doce de octubre de este año. No permitamos nunca más, que una nación sea secuestrada por quien representa lo peor de si misma: el fascismo, el nacionalsocialismo y sus seguidores.

No hay patria sin odio ni enemigo. Sin estos dos elementos ninguna nación tendría razón de ser. La nación es como una cárcel para el desheredado: le obliga a hacer sacrificios y a acatar intereses contrarios a su condición. El que nada propio tiene, como carne de cañón, tiñe con sangre la frontera que le separa de sus iguales.
El Espíritu Libertario de nuestra ciudad no tiene porqué aceptar que el delirio nacionalista pisotee el hogar de sus hijos. Ni la Patria ni el Reino defienden los intereses de la Clase Trabajadora. Como tal, tenemos el deber de hacer extensible y fuerte la lucha de clase a través de las personas y los colectivos. Estrechemos nuestros lazos y hagamos valer la Solidaridad Obrera. Luchemos por un futuro vivo, con esperanza, que nos está llamando a actuar aquí y ahora.


¡NI PATRIA NI REY!

¡¡VIVA LA ANARQUIA COMO MAXIMA EXPRESION DEL ORDEN!!



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(1)http://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_de_la_Raza
(2)http://es.wikipedia.org/wiki/Hispanidad
(3)http://es.wikipedia.org/wiki/Fiesta_Nacional_de_Espa%C3%B1a
(4)http://www.historiadeiberiavieja.com/noticia/990/Historia-Contemporanea/Los-negros-negocios-del-beato-Marques-de-Comillas.html



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